Cuando cumplí 40 años, Carmen me regaló un viaje en globo. Entre los niños y el tiempo, hemos tenido que aplazarlo en un par de ocasiones. Hoy finalmente hemos podido realizar esta experiencia inolvidable. Perdón por el tópico pero es totalmente cierto. Inolvidable salir entre los tejados de Miranda de Ebro, pasar por encima del río, ir ascendiendo poco a poco, rozando con la cesta los árboles de los bosques que suben por las laderas de los Montes Obarenes, disfrutando del frescor de la sierra. Inolvidable alcanzar la cima de la montaña y sobrepasar la vertical del cortado de la sierra, divisando Haro al final en la llanura. Inolvidable sin duda el ascenso final atravesando el mar de nubes con una fuerte bajada de la temperatura y bastante viento, para, de repente llegar a esta imagen que jamás se nos borrará de la memoria.
Los quemadores se apagan. El sol sube bruscamente la temperatura, el azul del cielo, la curva del horizonte, las nubes, el silencio...La sombra de nuestro globo.....La foto para llevarme todos estos recuerdos.
Fotografía digital.
