Verano del año 95 en Cudillero, en uno de esos restaurantes de la plaza, al lado del puerto. Esta abeja despistada no se imaginaba que iba a pasar unos segundos angustiosos delante del objetivo de mi cámara. Así de dura es la vida de las modelos, ante los caprichosos ojos de los fotógrafos.
Esta pequeña exhibición de crueldad por mi parte, le ha servido vivir casi 18 años, y no los 3 meses que supongo vivió, después de levantar la copa, y salir volando sin picar a ninguno de los que estábamos allí.
Esta pequeña exhibición de crueldad por mi parte, le ha servido vivir casi 18 años, y no los 3 meses que supongo vivió, después de levantar la copa, y salir volando sin picar a ninguno de los que estábamos allí.
Diapositiva digitalizada.
Otra foto de estas tuyas de temática tan original.
ResponderEliminarNo te disculpes tanto....a mi la abeja no me da ninguna pena!!