Hace muchos años que tengo este póster. Ya ni recuerdo si me lo regaló alguien o lo compré yo, pero no exagero nada si digo que forma parte de mi vida. Cuando me siento a gusto en algún sitio, estiro los brazos como el hombre del banco, y en ese mismo instante aparece esta foto. Es muy curiosa la conexión inmediata que establecen mis neuronas entre el relax y el recuerdo de esta imagen.
La foto que estáis viendo ha estado colgada en mi habitación cuando vivía con mis padres en León y también en Valladolid. Ha estado colgada en alguna parte de las casas donde he vivido después. Cada vez con menos marco, al recortar los bordes que se deterioraban con los "quita y pon" de las paredes y cada vez más arrugada... Finalmente en uno de esos días insensibles, perfectos para el orden, nefastos para los sentimientos, me deshice de ella, pero antes la puse en el suelo y con mucho cariño disparé mi cámara.
Aquí está colgada también, ahora en mi blog.
No es una foto más, es parte de mi, y de mi forma de ser.
Fotografía digital.