Estamos en Bran, Transilvania, uno de los pocos lugares turísticos de Rumanía, por encontrarse allí el Castillo de Drácula.
Esta señora vendía miel en un mercado del pueblo. Muy amablemente, y después de unos cuantos lei (moneda rumana), posó para mí con sendos tarros de miel en sus manos, ignorando que lo que me interesaba era ella misma. La foto, en plano abierto, con sus brazos en cruz sujetando los tarros no era mala, pero cerré el plano y saque este otro retrato mucho más interesante, con los ojos hundidos, las arrugas, las machas en la piel, los dientes, los pelos de la barbilla...
Tuve que llévarme los tarros de miel, para que no se ofendiera. No entendía que hubiera pagado algo, sin llevarme nada a cambio. Pues este es el "nada" que me llevé.
Fotografía digital.
Pues me quedo con las ganas de ver la otra foto con los tarros así que ya me la enseñarás. Buena foto y, por cierto, ¡Enhorabuena por tus últimas interpretaciones musicales! ¿Para cuando un concierto?...
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