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Managua no parece la capital de un país. Cuando el avión se va acercando a la ciudad, empiezas a ver grupos de casitas desparramadas entre la vegetación. No hay ninguna estructura de calles, ni plazas, ni grandes carreteras, debido a la pobreza del país, y también a los numerosos terremotos, tan frecuentes en América Central, que cada cierto tiempo destruyen los pocos edificios que se van construyendo.
El relieve es bastante plano con las casas bajas, los árboles y la vegetación manteniendo la misma altura, pero hay un pequeño cerro que se puede ver desde cualquier punto de la ciudad, coronado por esta inquietante figura de un hombre con sombrero. Es el monumento a Augusto Cesar Sandino, héroe nacional y líder de la resistencia nicaragüense contra el ejército americano.
Podría ser el skyline de Managua, orginal y distinto, como la propia ciudad.
Fotografía digital.
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